Biniamar
Del tiempo en que los árabes dominaron Mallorca nos han quedado pocos documentos escritos, pero son suficientes por saber que en Biniamar había algunas casas. Según el diccionario de Alcover-Moll, el nombre de Biniamar es de origen arábico, probablemente de bani ahmar, «hijos del rojo» o bien de bani Ammar nombre propio de persona según Asin Top. Lo que sabemos es que los años que siguieron a la conquista de Mallorca se hicieron varios establecimientos de casas sarracenas o que «fueran de los moros», situadas a la alquería de Beniamar.
Biniamar es uno de estos pueblos desconocidos incluso para los mismos mallorquines, pero que sorprende por sus construcciones: casas de posesión, la pequeña iglesia de Santa Tecla o la iglesia Nueva inacabada, puesto que no está cubierta y que se utiliza actualmente en celebraciones populares.
Fuente: ROSSELLÓ VAQUER, Ramon (2000) Història de Biniamar.
Imágenes del pueblo
Mercado semanal, ferias y fiestas
- Mercado semanal
Descripción: venta de fruta y verdura, legumbres, flores y plantas, ropa y calzado, etc.
Dia: cada martes, de 08:00 a 13:00
Lugar: Plaza Mayor
- Ferias y fiestas
17 de enero (Sant Antoni)
23 de septiembre (Santa Tecla)
Lugares de interes
Calle Sant Pau, 5.
Podemos ver un edificio de grandes dimensiones, con claras referencias estilísticas neogóticas. La planta está definida por una nave central con absís y crucero. Dispone de tres capillas laterales por lado, situadas entre los contrafuertes. Exteriormente, es un volumen sencillo, de tabicado de piedra poligonal con las aperturas enmarcadas con piezas de marés. Destaca también en el gran atrio abierto que precede la entrada en la iglesia, cubierto con una vuelta ojival. El portal de acceso, también es ojival.
Esta edificación inacabada, hoy empleada como pista polideportiva y escenario de actos culturales, tenía que ser la nueva iglesia de Biniamar. Fue empezada a principios del siglo XX gracias a una subvención conseguida por el político Antoni Maura, entonces presidente del gobierno español, quien tenía vínculos con Biniamar. El proyecto de Guillem Reinés se caracterizaba por la utilización de elementos inspirados en el gótico, como el arco apuntado o la vuelta de crucería. Cuando ya se llegaba a comienzos de la cubierta (1909) de la nave central, las obras se paralizaron por carencia de financiación.
Plaza Mayor.
Se trata de una construcción muy sencilla, de planta rectangular, con muros de piedras irregulares. Presenta cubierta a doble vertiente y una espadaña de dos campanas. Todo y estos rasgos arcaizantes, la interior muestra cierta influencia del primer barroco en el uso de la vuelta de cañón. El templo está dedicado a santa Tecla, de quien se custodia una reliquia que se venera por su festividad, día 23 de septiembre. Probablemente esta devoción se debe al hecho que en el reparto posterior a la conquista, Biniamar correspondió al paborde de Tarragona, ciudad de dónde es patrona santa Tecla.
Esta pequeña iglesia fue levantada en la primera mitad del siglo XVII. Dos siglos más tarde fue reformada y ampliada.
En el extremo sudoccidental del término, limitando con los municipios de Mancor de la Vall y Lloseta. Se llega por el camino que empieza al final de la calle del Conde de Biniamar y bordea las casas de Son Ordre. Trescientos metros más arriba hay que girar a la izquierda. El área recreativa queda a unos 800 metros.
La comuna de Biniamar es un macizo montañoso que llega a los 476 metros de altitud con la peña de su Señora como cumbre más alta y se extiende a lo largo de más de 180 cuarteradas (131 ha.). Dentro de la común de Biniamar predominan los comellars y plantas de ullastre con cubierta de pinos, mientras que el encinar se localiza al sector septentrional de la comuna. A los peñascos orientales al norte se puede localizar la comunidad rupícola endémica de violeta de peñasco. El catálogo florístico de este espacio comunal es de 173 especies. Dispone de una área recreativa muy bien equipada en un encinar de gran belleza, rodeado de sitges de carbonero y hornos de cal. También destaca una antigua canalización que surca esta común procedente de la fuente de en Patrón de Biniatzent. Los sobrantes de la fuente eran conducidos hasta el aljibe de la Plaza a Biniamar.
La comuna de Biniamar, junto con la de Caimari, son las dos únicas tierras comunales que han pervivido de las muchas que tenía el municipio de Selva desde el siglo XIV y que afectaban Massanella, Biniarroi, Mancor y Moscari. Las primeras referencias documentales de la comuna de Biniamar se remontan al 1323. Posteriormente sabemos que en 1560 Biniatzent confrontaba con las tierras comunales. Sin tantas vicisitudes como las que sufrió la vezina comuna de Caimari, la explotación de la comuna de Biniamar –basada principalmente en la producción de leña, bellotas, algarrovas y pastos- vio pasar los siglos hasta que al 1941 las comunas de Biniamar y Caimari fueron declaradas de Utilidad Pública. El 1981 se bendijo la llamada ermita de la Reconciliación.
Carretera Biniamar-Mancor de la Vall, km 1’8 (Son Bassa) y 3 (Can Sirena) y carretera Inca-Mancor de la Vall, km 2’2 (Can Baltasar).
Se trata de tres fábricas que empleaban el carbón de las minas de Selva como combustible para convertir la piedra calcárea en cal. Los hornos de Can Sirena y Son Balsa presentan una estructura troncocónica mientras que el de Son Baltasar es circular. Están construidos con piedras y argamasa, remates por piezas de marés colocadas verticalmente. Los dos primeros conservan cuatro pilastras exteriores de refuerzo y la entrada del horno, aunque en el de Son Balsa ya hay elementos de hormigón.
Los de Son Balsa y Can Sirena han sido objeto de reconversión a vivienda, con la conservación de la estructura exterior del horno. El horno de Can Baltasar fue el último en ser edificado, en medianos siglo XX. También lo fue en cuanto a funcionamiento, ahora hace una treintena de años.
Calle des Vent, 9.
Estas casas de posesión de aspecto señorial se sitúan en el casco urbano, al borde del camino que conduce a la comuna de Biniamar. La fachada principal, barroca, se estructura mediante tres ejes verticales y consta de planta baja, planta noble y porches, todo rematado con una gran cornisa moldurada. Hay que destacar la presencia de un portal foráneo de arco de medio punto adovelado de piedra, a través del cual se accede al vestíbulo donde se encuentran dos grandes arcos carpaneles, también del mismo material, abiertos hacia los muros de carga del cuerpo principal. Atravesando el vestíbulo se entra en el patio, donde destaca la escalera que conduce a la planta noble, con una espectacular vuelta que la sustenta y las tejas pintadas que rematan la cornisa de un lado del patio. En el interior de la planta noble, de gran sencillez de líneas, pueden destacarse el recibidor y el antiguo comedor, donde hay una palangana de mármol de Soller coronado por un elemento heráldico donde consta la fecha de 1710. En cuanto a las dependencias anexas, hay que destacar el antiguo molino, el espacio de la almazara (actualmente descubierto), el gran aljibe con dos cuellos y los refugios de cordero, conformados por dos grandes naves con dos conductos de agua con una hilada central de arcos de piedra.
La configuración actual de las casas parece remontarse a finales del siglo XVII o principios del XVIII, según las fechas que figuran en el aljibe (1698) y sobre el portal exterior (1709), aunque algunas aperturas de la planta baja nos remontan a épocas anteriores. El año 1687 pertenecía al señor Nicolau Móra Mulet, doctor del Real Consejo de su Majestad. La posesión se dedicaba al cultivo de olivos, el aceite que era elaborado en la misma almazara de las casas.
El aljibe de la plaza mayor se encuentra ante los n.º 6 y 7, mientras que el aljibe de sa Quintana se encuentra en la plaza del mismo nombre.
Se trata de dos depósitos de características y dimensiones similares. Mientras que el aljibe de la Plaza tiene forma poligonal, el de su Quintana es rectangular. Las dimensiones oscilan entre los 7’5 y los 10 m de longitud y los 4 y los 5 m de anchura. La profundidad varía entre los cuatro y los cinco metros y los dos están cubiertos de arco de vuelta. Al exterior, los dos aljibes presentan un cuello de piedra. En el caso del aljibe de la Plaza, el cuello es cuadrado (121 cm) y a su borde se intuye el otro cuello, ya cegado. Por otro lado, el cuello del aljibe de sa Quintana es circular (120 cm de diámetro) y contiene una inscripción: “AÑO1898”. En ambos casos la polea está sujeta por barras de hierro. A sa Quintana se tienen que destacar las dos picas de piedra.
El aljibe de la Plaza fue construido entre los años 1823 y 1824. Se llenaba del agua de la fuente de Patró de Biniatzent a través de una acequia. Por otro lado, el depósito de su Quintana se inició los últimos años del siglo XIX y su construcción fue a cargo de Bernat Oliver, miembro de una alcurnia de picapedreros de gran prestigio. El cuello y la pica del aljibe serían obra del maestro Gabriel Nicolau de Biniamar. Aproximadamente en el 1990 se condenó uno de los dos cuellos originales del aljibe de la Plaza y se arregló el conjunto de sa Quintana. El año 1998 se celebró el centenario del aljibe de sa Quintana y se colocó una placa conmemorativa con la siguiente inscripción: “Pozo de su Quintana. Centenario 1898-1998.”
En la parte superior de la plaza de sa Quintana.
De esta empinada calle destacaremos las fachadas de los n.º 1, 3, 5 y 6, además de la rincón que se encuentra pasado el n.º 5. El portal más espectacular corresponde en la casa del n.º 1. Al n.º 3, además del portal encontramos dos ventanas antiguas y uno finestró condenado. El portal del n.º 5 ha sido ensanchado, mientras que el del n.º 6, obrado en cinco piezas, se completa con dos ventanas y el mismo umbral del portal. El n.º 5 abre un callejón a la izquierda que acaba en una plazoleta rodeada de edificaciones de interés. A nuestra derecha nos aparecen dos casas con carrera y un pozo, con el cuello de piedra. Por encima de todo destaca la armonía del conjunto –todo y el estado de abandono que padece pero también merece la pena fijarnos en los portales de los dos edificios. A nuestra izquierda encontramos los restos del que fué el horno de la teulera de Can Gallo. Todavía se pueden discernir los pilares del portal y es posible observar el interior del horno. En la fachada encontramos otra casa adosada a otra teulera, todavía en activo, la teulera de Can Helado.
Se desconocen datos sobras las teuleras de esta calle, aunque es fácil pensar que se construyeron a lo largo del siglo XIX. En cuanto a las casas de la calle del Cementerio podrían datar de los siglos XVIII y XIX.
Mercado semanal, ferias y fiestas
- Mercado semanal
Descripción: venta de fruta y verdura, legumbres, flores y plantas, ropa y calzado, etc.
Dia: cada martes, de 08:00 a 13:00
Lugar: Plaza Mayor de Biniamar
- Ferias y fiestas
17 de enero (Sant Antoni)
23 de septiembre (Santa Tecla)