La empresa de calzado encuentra sus orígenes en el año 1927 cuando su fundador Llorenç Coll Sampol empezó con un pequeño taller artesanal, en que trabajaban doce empleados que elaboraban tres pares de zapatos al día y que hoy llega a la tercera generación familiar, tal como se recoge en el libro conmemorativo de la empresa que se editó para celebrar su 75 cumpleaños. Kollflex nació como un taller artesanal hasta devenir una empresa internacional gracias a la expansión de ventas a Europa, Asia y América por la presencia a las ferias del alrededor del mundo que han servido de plataforma.